martes, 16 de agosto de 2011

FUEGO NUESTRO. Por Jesús Garrido.







No podemos decir que llega de repente

que la luz de su cuerpo

nos asalta por sorpresa



No podemos declarar

“El día es un demonio presuroso

y su mirada cicatriza

bálsamo lascivo

toda herida

toda llaga

todo reflejo impuro”



Antes bien

debemos reconocerlo

el día es un espejo cíclope que se desborda

rebasado por el júbilo amoroso de la sangre

denotación traslúcida

abolición de los combates a ciegas



De él sólo me basta una mirada

para vaciar la noche

sin corromper el sueño

Yo que cabalgo sobre su tibio lomo

deslindo mi piel

celo tu barbarie


Por eso hay que armarse de nuevas sombras

para celebrar a salvo su llegada

tener la embriaguez justa

para robarle el aliento

y desnudarse los años

como evidencia









ZAPATA, ESQUINA BOULEVARD por Jesús Garrido

El tiempo pasa de largo por entre las gotas sublevadas La ciudad empieza ahí donde la furia toca tierra y el mar parece reclamar po...